El circuito de la producción de valores de uso.

 

El valor de uso es un producto material para satisfacer necesidades, el acceso al cual decide sobre vida o muerte.

 

La producción lineal medio-fin hace abstracción del valor de uso. Ocurre la sustitución de las necesidades por las preferencias.

 

El producto material es condición material de posibilidad de todo proyecto humano especifico. No hay necesidades materiales, todas las necesidades tienen ingredientes materiales, que son condición de posibilidad de proyectos humanos.

 

La vida humana no es proyecto específico, sino el proyecto fundamental, que sostiene a todos los proyectos específicos humanos. El conjunto de sus proyectos específicos conforma su proyecto de vida. Por eso, ningún proyecto humano específico es posible, si hace imposible la vida de aquél, que es portador de este proyecto. Su proyecto de vida está involucrado en la realización de sus proyectos específicos.

 

Resulta un circuito de los valores de uso. Todos los proyectos humanos específicos tienen a los valores de uso como su condición material de posibilidad. Mediatizado por estos proyectos específicos, se realiza la vida como un proyecto de vida. En este sentido, el acceso a los valores de uso es una cuestión de vida o muerte para el sujeto.

 

Sin embargo, el sujeto para el cual el acceso a los valores de uso es cuestión de vida o muerte, es a la vez el productor de estos valores de uso.

Expresado en términos económicos, no solamente los valores de uso son el producto de la producción por parte del sujeto, sino la vida del sujeto es igualmente condición de posibilidad de la producción de estos valores de uso, que de su parte son condición de posibilidad de la vida humana.

De esta manera aparece un circuito entre la vida humana y la producción de los valores de uso. La relación lineal medio-fin no da cuenta de este circuito, sino abstrae de él.

 

Sin embargo, este circuito implica un tercer elemento.

 

La producción de valores de uso consiste en la transformación por el trabajo humano de objetos brindados por la naturaleza en valores de uso. Si la naturaleza no brinda estos elementos, todo el proceso de la vida humana no puede tener lugar. Para que haya un proceso de producción de valores de uso, tiene que haber los productores tienen que realizar su proyecto de vida paralelamente y la producción, que ellos realizan. Por tanto, el producto tiene que volver - por lo menos una parte suficiente - hacia ellos. Pero este circuito solamente se puede cumplir, si la mismo naturaleza puede vivir y revivir paralelamente  al proceso de producción.

Toda vida humano se desenvuelve en el interior de estos circuitos de: ser humano / naturaleza y proyecto de vida del productor y producción de los valores de uso. El producto producido - riqueza producida - se produce a partir de fuentes de la riqueza - ser humano y naturaleza - que son condiciones de posibilidad de la producción de la riqueza producida. En última instancia, los dos circuitos se unen en uno solo: el ser humano como ser natural / las condiciones materiales naturales o corporales) de su vida.

Aparece una tensión necesaria entre la producción del producto producido - riqueza producida - y las fuentes de la producción de toda la riqueza, el ser humano y la naturaleza. El producto producido se puede incrementar sacrificando las fuentes de su propia producción de la riqueza. Este es el problema del crecimiento económico. La maximización del crecimiento implica el socavamiento de las fuentes de toda riqueza. Esta maximización implica un proceso autodestructor. La tensión: producto producido/fuentes de su producción se transforma en contradicción.

 

Por eso, la concepción de la riqueza en sentido de un producto producido es extremamente reductivo. Se necesita un concepto de riqueza más amplio, que implique la solución de esta tensión entre producto producido y fuentes de la producción de este mismo producto. Cuando se habla de la diferencia entre nivel de vida y calidad de la vida, se apunta en este sentido. Se trata de enfocar la necesidad de cualquier sociedad humana de encontrar un equilibrio entre la producción del producto producido y la sustentación a largo plazo de las fuentes de esta producción: el ser humano y la naturaleza. En este sentido, el aumento del producto producido puede también indicar un empobrecimiento por la destrucción de estas fuentes.

La tensión misma es una característica de toda vida humana y no se debe de por sí ni al mercado ni al capitalismo. Pero hay diferentes maneras de enfrentarla.

 

En sentido analógico este tensión aparece no solamente en toda vida humana, sino en toda evolución de la vida en la tierra. Maturana basa su teoría de la evolución sobre un análisis de este tipo. No es "survival of the fittest" lo que explica la evolución.  La carrera por ser el más apto lleva a la extinción. Es la capacidad de equilibrar las necesidades del ser vivo con las propias capacidades y con la sobrevivencia del medio que decide sobre la posibilidad de seguir en el proceso evolutivo (ver: Maturana: El árbol del conocimiento).

 

El problema con el mercado y con el capitalismo (un problema parecido con el socialismo histórico) es, que llevan a la destrucción de aquellos mecanismos sociales capaces de dar solución de equilibrio a esta tensión. Por tanto, al maximizar el crecimiento económico, socavan tendencialmente las fuentes de la producción del producto producido y por tanto, de toda riqueza. Tienen, al generalizarse y totalizarse, la tendencia a destruir la propia vida humana. Desembocan en una contradicción entre producto producido y las fuentes de su producción.

 

Esta es la tesis de Marx, que llama esta tendencia la ley de la pauperización. La describe de la siguiente manera:

 

"En la agricultura, al igual que en la manufactura, la transformación capitalista del proceso de producción es a la vez el martirio del productor, en que el instrumento de trabajo se enfrenta con el obrero como instrumento de sojuzgamiento, de explotación y de miseria, y la combinación social de los procesos de trabajo como opresión organizada de su vitalidad, de su libertad y de su independencia individual.  La dispersión de los obreros del campo en grandes superficies vence su fuerza de resistencia, al paso que la concentración robustece la fuerza de resistencia de los obreros de la ciudad.  Al igual que en la industria urbana, en la moderna agricultura la intensificación de la fuerza productiva y la más rápida movilización del trabajo se consiguen a costa de devastar y agotar la fuerza de trabajo obrero.  Además, todo progreso, realizado en la agricultura capitalista, no es solamente un progreso en el arte de esquilmar al obrero, sino también en el arte de esquilmar la tierra, y cada paso que se da en la intensificación de su fertilidad dentro de un período de tiempo determinado, es a la vez un paso dado en el agotamiento de las fuentes perennes que alimentan dicha fertilidad.  Este proceso de aniquilación es tanto más rápido cuanto más se apoya un país como ocurre por ejemplo con los Estados Unidos de América, sobre la gran industria, como base de su desarrollo.

Por tanto, la producción capitalista sólo sabe desarrollar la técnica y la combinación del proceso social de producción socavando al mismo tiempo las dos fuentes originales de toda riqueza:  la tierra y el trabajador".   Marx, El Capital, p. 423/424

 

La crisis del sistema de producción:   

 

Producción de la riqueza

Destrucción de las fuentes para la producción de la riqueza: seres humanos y naturaleza.
La necesidad de encontrar el equilibrio entre los dos polos.


La totalidad socio-natural.El circuito de la producción de valores de uso.

El valor de uso es un producto material para satisfacer necesidades, el acceso al cual decide sobre vida o muerte.

La producción lineal medio-fin hace abstracción del valor de uso. Ocurre la sustitución de las necesidades por las preferencias.

El producto material es condición material de posibilidad de todo proyecto humano especifico. No hay necesidades materiales, todas las necesidades tienen ingredientes materiales, que son condición de posibilidad de proyectos humanos.

La vida humana no es proyecto específico, sino el proyecto fundamental, que sostiene a todos los proyectos específicos humanos. El conjunto de sus proyectos específicos conforma su proyecto de vida. Por eso, ningún proyecto humano específico es posible, si hace imposible la vida de aquél, que es portador de este proyecto. Su proyecto de vida está involucrado en la realización de sus proyectos específicos.

Resulta un circuito de los valores de uso. Todos los proyectos humanos específicos tienen a los valores de uso como su condición material de posibilidad. Mediatizado por estos proyectos específicos, se realiza la vida como un proyecto de vida. En este sentido, el acceso a los valores de uso es una cuestión de vida o muerte para el sujeto.

Sin embargo, el sujeto para el cual el acceso a los valores de uso es cuestión de vida o muerte, es a la vez el productor de estos valores de uso.
Expresado en términos económicos, no solamente los valores de uso son el producto de la producción por parte del sujeto, sino la vida del sujeto es igualmente condición de posibilidad de la producción de estos valores de uso, que de su parte son condición de posibilidad de la vida humana.
De esta manera aparece un circuito entre la vida humana y la producción de los valores de uso. La relación lineal medio-fin no da cuenta de este circuito, sino abstrae de él.

Sin embargo, este circuito implica un tercer elemento.

La producción de valores de uso consiste en la transformación por el trabajo humano de objetos brindados por la naturaleza en valores de uso. Si la naturaleza no brinda estos elementos, todo el proceso de la vida humana no puede tener lugar. Para que haya un proceso de producción de valores de uso, tiene que haber los productores tienen que realizar su proyecto de vida paralelamente y la producción, que ellos realizan. Por tanto, el producto tiene que volver - por lo menos una parte suficiente - hacia ellos. Pero este circuito solamente se puede cumplir, si la mismo naturaleza puede vivir y revivir paralelamente  al proceso de producción.
Toda vida humano se desenvuelve en el interior de estos circuitos de: ser humano / naturaleza y proyecto de vida del productor y producción de los valores de uso. El producto producido - riqueza producida - se produce a partir de fuentes de la riqueza - ser humano y naturaleza - que son condiciones de posibilidad de la producción de la riqueza producida. En última instancia, los dos circuitos se unen en uno solo: el ser humano como ser natural / las condiciones materiales naturales o corporales) de su vida.
Aparece una tensión necesaria entre la producción del producto producido - riqueza producida - y las fuentes de la producción de toda la riqueza, el ser humano y la naturaleza. El producto producido se puede incrementar sacrificando las fuentes de su propia producción de la riqueza. Este es el problema del crecimiento económico. La maximización del crecimiento implica el socavamiento de las fuentes de toda riqueza. Esta maximización implica un proceso autodestructor. La tensión: producto producido/fuentes de su producción se transforma en contradicción.

Por eso, la concepción de la riqueza en sentido de un producto producido es extremamente reductivo. Se necesita un concepto de riqueza más amplio, que implique la solución de esta tensión entre producto producido y fuentes de la producción de este mismo producto. Cuando se habla de la diferencia entre nivel de vida y calidad de la vida, se apunta en este sentido. Se trata de enfocar la necesidad de cualquier sociedad humana de encontrar un equilibrio entre la producción del producto producido y la sustentación a largo plazo de las fuentes de esta producción: el ser humano y la naturaleza. En este sentido, el aumento del producto producido puede también indicar un empobrecimiento por la destrucción de estas fuentes.
La tensión misma es una característica de toda vida humana y no se debe de por sí ni al mercado ni al capitalismo. Pero hay diferentes maneras de enfrentarla.

En sentido analógico este tensión aparece no solamente en toda vida humana, sino en toda evolución de la vida en la tierra. Maturana basa su teoría de la evolución sobre un análisis de este tipo. No es "survival of the fittest" lo que explica la evolución.  La carrera por ser el más apto lleva a la extinción. Es la capacidad de equilibrar las necesidades del ser vivo con las propias capacidades y con la sobrevivencia del medio que decide sobre la posibilidad de seguir en el proceso evolutivo (ver: Maturana: El árbol del conocimiento).

El problema con el mercado y con el capitalismo (un problema parecido con el socialismo histórico) es, que llevan a la destrucción de aquellos mecanismos sociales capaces de dar solución de equilibrio a esta tensión. Por tanto, al maximizar el crecimiento económico, socavan tendencialmente las fuentes de la producción del producto producido y por tanto, de toda riqueza. Tienen, al generalizarse y totalizarse, la tendencia a destruir la propia vida humana. Desembocan en una contradicción entre producto producido y las fuentes de su producción.

Esta es la tesis de Marx, que llama esta tendencia la ley de la pauperización. La describe de la siguiente manera:

"En la agricultura, al igual que en la manufactura, la transformación capitalista del proceso de producción es a la vez el martirio del productor, en que el instrumento de trabajo se enfrenta con el obrero como instrumento de sojuzgamiento, de explotación y de miseria, y la combinación social de los procesos de trabajo como opresión organizada de su vitalidad, de su libertad y de su independencia individual.  La dispersión de los obreros del campo en grandes superficies vence su fuerza de resistencia, al paso que la concentración robustece la fuerza de resistencia de los obreros de la ciudad.  Al igual que en la industria urbana, en la moderna agricultura la intensificación de la fuerza productiva y la más rápida movilización del trabajo se consiguen a costa de devastar y agotar la fuerza de trabajo obrero.  Además, todo progreso, realizado en la agricultura capitalista, no es solamente un progreso en el arte de esquilmar al obrero, sino también en el arte de esquilmar la tierra, y cada paso que se da en la intensificación de su fertilidad dentro de un período de tiempo determinado, es a la vez un paso dado en el agotamiento de las fuentes perennes que alimentan dicha fertilidad.  Este proceso de aniquilación es tanto más rápido cuanto más se apoya un país como ocurre por ejemplo con los Estados Unidos de América, sobre la gran industria, como base de su desarrollo.
Por tanto, la producción capitalista sólo sabe desarrollar la técnica y la combinación del proceso social de producción socavando al mismo tiempo las dos fuentes originales de toda riqueza:  la tierra y el trabajador".   Marx, El Capital, p. 423/424

La crisis del sistema de producción:   

Producción de la riqueza
Destrucción de las fuentes para la producción de la riqueza: seres humanos y naturaleza.
La necesidad de encontrar el equilibrio entre los dos polos.


La totalidad socio-natural.

 

1, La división social del trabajo y la naturaleza son conjuntos independientes. El ser humano como trabajador interfiere en estos conjuntos y es el punto de enlace entre los dos. Es ser natural y ser social. En relación al ser humano como sujeto de necesidades estos conjuntos interdependientes forman una totalidad. Esta es un hecho empírico antes de ser un objeto filosófico.

 

Son totalidad, porque la acción humana es fragmentaria. Lo es, porque actúa sobre estos conjuntos interdependientes con una información parcial. El sujeto humano no puede nunca conocer todos los detalles relevantes de su propia acción. Al no poder prever todas las consecuencias de su acción sobre estos conjuntos interdependientes, desata procesos, que no resultan de la intención de los actores. Se trata de procesos, de los cuales dice Marx, que se imponen por la espalda de los actores.

En este sentido, la acción humana, por ser fragmentaria, produce efectos no-intencionales. A través de estos efectos se hace presente el mundo como totalidad empíricamente sentida. Esta totalidad está presente por ausencia, no por presencia. Se trata de una dialéctica negativa, como Adorno la llama. La misma totalidad res totalidad negativa. En las crisis económicas (subdesarrollo, desempleo, exclusión de los productores potenciales) y en las crisis del medio ambiente (hoyo de ozono, cambios del clima mundial, envenenamiento de las aguas y del aire) se hace presente esta totalidad como ausente. Se hace presente por efectos, que son el producto no-intencional de la acciones humanas fragmentarias.

 

Su origen no está en la voluntad humana, por tanto, no pueden ser evitados por un simple cambio de voluntad. La fragmentariedad es condición humana, no algo, que la acción humana instrumental podría superar.

 

Por tanto, la contrapartida de la acción humana fragmentaria es la ausencia de la totalidad que está presente en los efectos no-intencionales que esta acción fragmentaria produce. La totalidad "castiga".

 

Esta dialéctica está en la raíz de la tensión descrita entre el producto producido y las fuentes de la producción de la riqueza, e.d. de los seres humanos y de la naturaleza.

 

2. Este carácter fragmentario de la acción humana no es el producto de las relaciones mercantiles.  Está presente en toda sociedad humana, también en las sociedades pre-mercantiles.

 

Las relaciones mercantiles aparecen en el Occidente y en el Oriente alrededor de 1000 a.C. Las sociedades americanas nunca las desarrollaron hasta la conquista, aunque en el momento de la conquista estaban a punto de aparecer también allí.

 

El carácter fragmentario de la acción humana es más bien la razón del surgimiento de las relaciones mercantiles y del dinero. Aparecen, cuando la división social del trabajo se desarrolla más allá del ámbito restringido de las economías tribales transparentes, donde por el poco desarrollo de esta división la coordinación de la división social del trabajo es fácil, porque esta se restringe al ámbito conocido de productores que se conocen entre sí y que comparten una autoridad común en relaciones sociales de producción y técnicas sumamente estables en el tiempo.

 

AL salir la división social del trabajo de este ámbito, aparecen primero las sociedades arcaicas de alta centralización de la administración de una nueva división social del trabajo, para dar lugar posteriormente al desarrollo de las relaciones mercantiles como institución más flexible de la coordinación social del trabajo. Compra y venta ahora pueden coordinar la división social del trabajo entre productores, que mutuamente no se conocen y que pueden vivir en comunidades diferentes, que no tienen otras relaciones sociales entre sí que este intercambio. Eso abre un nuevo espacio para el propio desarrollo tecnológico.

 

Estas relaciones mercantiles se generalizan a partir de los siglos 16 al 18. Aparecen las aspiraciones totales del progreso técnico-económico infinito y las sociedades se organizan a partir de la generalización de las relaciones mercantiles, que se transforman en relaciones capitalistas de producción en sociedades burguesas. El proceso pasa por la colonización del mundo, por la búsqueda de alternativas de parte del socialismo histórico y al fin hoy, después del colapso de este, a lo que se llama en la actualidad la globalización de los mercados. Se trata de la declaración del mercado total. Del extra iglesiam nulla salus pasamos al extra mercado nulla salus.

La generalización de las relaciones mercantiles, que el capitalismo impone, abre el espacio de una acción económica, que se orienta con exclusividad por la maximización de las ganancias, lo que lleva a un proceso continuo de crecimiento del producto producido de parte de los centros de la producción capitalista mundial. Todo otro tipo de producción es destruido. Esta unión de crecimiento técnico-económico y maximización de las tasas de ganancias es percibida e interpretada como eficiencia. Aparece un producto producido siempre mayor con tasas de crecimiento positivas a largo plazo. Esta producción no deja ya espacio a relaciones de producción no-capitalistas, sino las borra todas en nombre de la eficiencia.

Pero al desatar este proceso de crecimiento económico ilimitado, que se orienta nada más que por el producto producido creciente, la tensión entre producto producido y fuentes de producción de toda riqueza, se transforma radicalmente. Llega a tener el carácter de una contradicción. En nombre del crecimiento económico se borran todos los límites anteriores para este proceso de destrucción de las fuentes de la producción de toda riqueza: el ser humano y la naturaleza. (el capitalismo de reformas ha sido un intermedio impuesto por la amenaza que significaba el movimiento obrero-socialista para la estabilidad del sistema capitalista mundial. Con el colapso del socialismo histórico colapsó también este capitalismo de reformas y se abrió espacio para el capitalismo salvaje de la actualidad).
La tasa de ganancia mide solamente el aporte al crecimiento del producto producido, y en este sentido la eficiencia. No mide el costo implicado en el proceso destructivo. El costo medido por la contabilidad de la empresa capitalista es un costo de extracción del producto a partir del trabajo y de la naturaleza. Los efectos destructores derivados de esta producción no entran en el cálculo.

 

Como resultado la producción capitalista se transforma en un proceso, que impulsa paralelamente al crecimiento del producto producido un proceso destructivo de la fuentes de la producción de toda riqueza. En este sentido la tasa de ganancia orienta hacia la destrucción. La participación en la destrucción asegura y aumenta las ganancias.

Para la empresa capitalista, sin embargo, se trata de un proceso compulsivo. Su existencia como empresa depende de las tasas de ganancia y de su maximización. Una empresa, que se abstiene aisladamente de la participación en el proceso destructivo, es borrada del mercado por la competencia. Participar en destrucción, da ventajas de competencia. No participar, produce un peligro para la propia existencia de la empresa. El mecanismo de la competencia transforma la participación en la destrucción en algo compulsivo, en fuerza compulsiva de los hechos (Sachzwang).

Solamente si todas las empresas en conjunto se abstienen de esta participación, la solución de esta contradicción es viable. Pero eso implica un cuestionamiento de toda economía capitalista como la conocemos hoy.

 

Hace falta concebir algunos conceptos claves de la economía moderna en nuevos términos:

 

La riqueza no puede ser medida como producto producido, sino solamente como el conjunto relacionado entre producto producido y la reproducción de las fuentes para la producción de toda riqueza.

 

La eficiencia no puede ser medida por la capacidad de derrotar al competidor en la lucha de mercados. Esta eficiencia ha llevado en 250 años a una situación, en la cual todo el planeta está en peligro. Se trata de una eficiencia suicida. Eficiencia tiene que ser expresada a partir de la capacidad de sobrevivencia de la humanidad, entendida esta como posibilidad de sobrevivencia de cada uno de los seres humanos.

 

Hoy se trata de 2 problemas claves:

 

1. la siempre mayor exclusión de productores potenciales del proceso productivo capitalista y su condena a estrategias precarias - muchas veces desesperadas - de sobrevivencia.

 

2. la destrucción del medio ambiente y de la naturaleza misma, que se ha transformado en un proceso acumulativo.

 

El proceso destructivo:

 

1. la destrucción de las fuentes de la riqueza

2. la tasa de ganancia orienta hacia la destrucción. La participación en la destrucción asegura y aumenta las ganancias.

3. la participación en la destrucción es compulsiva. La compulsión es ausencia de solidaridad.

 

Sin duda, hay una toma de conciencia creciente, que un proceso de este tipo está en curso. (Club de Roma: La revolución global.)

 

El mercado y la inversión del mundo.

 

El carácter compulsivo de la competencia capitalista del mercado total (globalizado) lleva a una situación, en la cual ya no se puede vivir sino participando en el proceso de destrucción de toda la vida en el planeta. Mercado y capital, que en su totalización arrasan con el planeta, - con los seres humanos y con la naturaleza - aparecen como la fuente de la vida. No se puede vivir sin ellos, pero vivir con ellos significa participar en el camino de tierra quemada que mercado y capital emprenden.

La exclusión de los productores potenciales lleva a considerar al puesto de trabajo - el ser explotado, como lo concibe el movimiento obrero del siglo XIX  - a ser un privilegio. Su condición, sin embargo, es el capital, que sea competitivo en los mercados mundiales. El mismo obrero pedirá ahora esta competitividad, cuya eficiencia lleva  a destruir su base de vida misma. Todos entran en la vorágine de una vida, que se sostiene subvirtiendo toda la vida. Destruir es vivir. (p.e. el obrero del banano. La bananera es en América Latina una empresa, que logra su eficiencia por la política de la tierra quemada. Sin embargo, la población, que sabe eso, pide que siga, porque sin las bananeras no tiene ninguna posibilidad de vivir).

Eso se transforma hoy en una esquizofrenia colectiva. Al vivir de él, se suprime la conciencia de este proceso destructivo, para celebrar la eficiencia mortal, que lo está impulsando. Después de la caída del muro de Berlín, se decía en Europa Occidental: El Segundo Mundo no puede prosperar, si no es admitido por el Primer Mundo al banquete, en el cual se devora al Tercer Mundo.

 

El economista estadounidense Kindelberger, resume esta actitud al analizar el problema de la bolsa de valores: "Cuando todos se vuelven locos, lo racional es, volverse loco también."

 

En la película "Exterminator II" una de las figuras del drama pronuncia esta misma frase, que efectivamente es la clave del argumento entero.

Es como el siguiente cuento: La bruja envenenó la fuente del pueblo, de la cual todos tomaron el agua. Todos se enloquecieron. Excepto el rey, que no había bebido, porque estaba de viaje cuando eso ocurrió. El pueblo sospechaba de él y de sus comportamientos, y lo buscaba, para matarlo. El rey, en apuros, también bebió y enloqueció. Todos lo celebraron, porque había entrado en razón.

 

Desde el comienzo del capitalismo se percibe esta inversión del mundo, que la generalización de los mercados produce. Marx hizo famosa unas citas de Shakespear:

"¡Oro!  ¡Oro amarillo, brillante, preciosos! ¡No, oh dioses, no soy hombre que haga plegarias inconsecuentes!... Muchos suelen volver con esto lo blanco, negro; lo feo, hermoso; lo falso, verdadero; lo bajo, noble; lo viejo, joven; lo cobarde, valiente...  Esto os va a sobornar a vuestros sacerdotes y a vuestros sirvientes y a alejarlos de vosotros; va a retirar la almohada de debajo de la cabeza del hombre más robusto; este amarillo esclavo va a fortalecer y disolver religiones, bendecir a los malditos, hacer adorar la lepra blanca, dar plazas a los ladrones y hacerles sentarse entre los senadores, con títulos, genuflexiones y alabanzas:  El es el que hace que se vuelva a casar la viuda marchita y el que perfuma y embalsama como un día de abril a aquella ante la cual entregarían la garganta, el hospital y las úlceras en persona.  Vamos, fango condenado, prostituta común de todo el género humano, que siembras disensión entre la multitud de las naciones..."

 

Y más adelante:

 

¡Oh tú, dulce regicida, amable agente de divorcio entre el hijo y el padre!  ¡Brillante corruptor del más puro lecho de Himeneo!  ¡Marte valiente!  ¡Galán siempre joven, fresco, amado y delicado, cuyo esplendor funde la nieve sagrada que descansa sobre el seno de Diana!  Dios visible que sueldas juntas las cosas de la naturaleza absolutamente contrarias, y las obligas a que se abracen; tú que sabes hablar todas las lenguas para [XLII] todos los designios.  ¡Oh tú, piedra de toque de los corazones, piensa que el hombre tu esclavo se rebela y por la virtud que en ti reside haz que nazcan entre ellos las querellas que los destruyan, a fin de que las bestias puedan tener el imperio del mundo!"

 

Parecido es una cita del Fausto de Goethe:

"Tuyos son, sin duda, manos y pies, cabeza y c...; pero todo aquello de que yo disfruto buenamente ¿es menos mío por eso?  Si puedo  pagar seis caballos, ¿no son mías las fuerzas de ellos?  Corro así velozmente y soy un hombre verdadero y cabal, como si tuviera veinticuatro piernas".

Hizo famoso también otra cita de Shakespear, que resume la fuerza compulsiva, que esta inversión del mundo ejerce sobre todos:

"Me quitan la vida al quitarme los medios por los cuales vivo".

 

Ayudamos a los países con poblaciones que padecen de hambre, comprando y consumiendo los alimentos, que ellos exportan.

 

El mercado hace aparecer todo al revés.

 

La situación, que resulta, puede resumir otra frase de Kindleberger:

"Cada participante en el mercado, al tratar de salvarse él mismo, ayuda a que todos se arruinen."

 

No solamente la empresa capitalista, de la cual partió la destrucción desenfrenada, sino todo el mundo entra en él, volviéndose loco, porque lo racional es, volverse loco si todos lo hacen.

 

Las mismas estrategias precarias - muchas veces desesperadas - de sobrevivencia siguen el mismo paso. Al buscar los excluidos su alternativa por volver a entrar al mercado, del cual son excluidos, entran en este proceso, en el cual "Cada participante en el mercado, al tratar de salvarse él mismo, ayuda a que todos se arruinen."

 

Bajo la presión de la simple sobrevivencia, el mismo excluido participa en la destrucción de la naturaleza. Pero se produce a la vez un derrumbe de la moralidad. La droga y el crimen vuelven a ser tanto consuelo como medio de solucionar el problema de la sobrevivencia. Y la sociedad responde por el terrorismo del Estado desatado.

 

Sin embargo, la estrategia de sobrevivencia precaria no busca alternativas, sino busca volver a integrarse en el sistema, del cual uno fue excluido. La participación en la destrucción es precisamente resultado del intento desesperado de integrarse. Al haber destruido toda oposición al sistema y toda esperanza en la posibilidad de una alternativa, el intento de integración se transforma en amenaza. Al no ser más amenazado el sistema por una oposición conciente, es ahora amenazado por el consenso. El consenso popular lleva a actitudes amenazantes precisamente en pos de la integración.

 

Una, y quizás a la larga la más peligrosa de estas estrategias de sobrevivencia es la migración hacia los centros, donde se espera encontrar la solución. Los países del centro vuelven a construir un muro mucho más grande de lo que era el muro de Berlín. Pero es al revés. El muro de Berlín no dejaba salir, este no deja entrar. Aparecen las fortalezas, fortaleza EEUU, fortaleza Europa, fortaleza Japón.

 

Estos muros transforman la democracia del centro desde adentro. Las migraciones son vistas como amenazas, y la sociedad  es ahora controlada en todas sus dimensiones. Por encima de las migraciones reales, aparece la imaginación de migraciones infinitas, que se transforman en la cabeza de la gente del primer mundo en la amenaza de la destrucción de todo. El resultado es el terrorismo anti-extranjero de la población misma. Estas reacciones extremas, como hoy se ve en Europa, se explican por este proceso psicológico y no tienen ninguna razón seria en las migraciones reales.

 

El paradigma neoliberal.

 

1. También el análisis neoliberal parte del hecho, de que hay una destrucción de las fuentes de la riqueza (el fenómeno empírico se hace notar para todos).

 

El hecho empírico, de que la producción del producto producido va acompañado por un proceso de destrucción de las fuentes de la producción de toda riqueza, es también reconocido por los analistas neoliberales. Sin embargo, apenas lo analizan y menos mencionan la amenaza que consiste en el hecho, de que este proceso parece tener un carácter acumulativo.

 

2. Contrapone la tesis de que hay una mano invisible, que dirige toda la sociedad capitalista hacia la armonía. Necesita fe en el mercado y humildad frente a sus procedimientos.

 

El análisis neoliberal ve al mercado como "societas perfecta". Lo que Marx analiza como efecto de la ausencia de la totalidad concreta - e.d. las leyes que surgen no-intencionalmente por la espalda de los productores - son ahora vistas como efectos de las distorsiones del mercado. La totalidad concreta de la división social del mercado y de la naturaleza es sustituida por la totalidad abstracta del mercado total y su equilibrio general. Por una fuerza mágica de una "mano invisible" el mercado crea una armonía general.

 

3. Según el análisis neoliberal, la causa de la destrucción es la intervención en el mercado, e.d. los intentos de oponerse el proceso destructor (Estado, organizaciones populares etc.). Eso es considerado como soberbia y orgullo.

Eso es el golpe de fuerza de este pensamiento, que hace de los esfuerzos concretos para impedir la destrucción la razón de su existencia.

 

En la visión neoliberal las fallas del mercado se corrigen por más mercado. El mercado es perfecto, el ser humano es imperfecto. El mercado contiene una promesa de salvación en el grado, en el cual es sacralizado como tal. Por tanto, no se debe reaccionar ni a las distorsiones de la división social del mercado ni de la naturaleza, sino tener fe en el mercado. La fe salva.

Resulta una total sacralización de las relaciones sociales de producción. Eso explica el gran parecida entre la ideología estaliniana y la neoliberal. Ambas sacralizan sus relaciones de producción correspondientes de una manera análoga.

 

Como cualquier alternativa a esta sacralización tiene que partir de la afirmación de la solidaridad humana frente a las crisis concretas de la división social del mercado y de la naturaleza, la ideología de la societas perfecta lleva a la diabolización de la solidaridad. Esta opera también por inversión: Todos solidariamente renuncian a la solidaridad. Todos unidos combaten a aquellos, que se quieren unir. como en la pro-slavery-rebellion los amos de esclavos actúan solidariamente en favor de la esclavitud y en contra de la solidaridad humana, aparece aquí una rebelión en contra de toda solidaridad humana, que llama a la acción común de todos.

 

Resulta la promesa de la salvación/Buena Nueva del liberalismo económico

 

1. Promesa de un crecimiento sin fin
2. Abundancia (la satisfacción de los deseos)
3. Unidad de la humanidad a través del mercado.
4. Aceptar la destrucción confiando en que las fuerzas salvíficas del mercado preparan el camino para superarla.

 

De esta manera, la burguesía defiende su interés en nombre del interés de todos.

 

La otra cara de este mensaje salvífico es una ideología mucho más nefasta aun.

 

Se trata de la ideología del heroísmo del suicidio colectivo, que es la única manera de sacralización de las relaciones sociales de producción en el caso, de que habría que aceptar de que la totalización del mercado está precisamente en la raíz del proceso acumulativo de destrucción de la vida de este planeta.

 

En este caso, la afirmación ciega del mercado total implica de hecho el suicidio colectivo de la humanidad y el heroísmo correspondiente es el camino para aceptarlo. La sacrificialidad del sistema se sale de todos los límites.

 

Esta mística de la muerte pasa por la imaginación de la aniquilación de una parte de la humanidad para salvar el resto. La victoria posible con la cual se sueña consiste en ser el último que perezca. Se mantiene sueños débiles de salida (p.e. el proyecto Biósfera II). El progreso técnico entonces es mistificado en el sentido, de que la tecnología podría encontrar una salida, que hoy todavía no es visible para aquél, que sobrevive más. Aquí también las imaginaciones, que sostienen, que el barco del Primer Mundo está lleno y que otros ya no caben y deben quedar afuera.

 

Es notable, que la sociedad capitalista actual desarrolla paralelamente al optimismo artificial de la salvación por el mercado esta mística de la muerte. Eso la vincula con el fascismo de los años 20 y 30, que también floreció dentro de una cultura de la muerte parecida a la actual. Eso explica la vuelta al primer plano de los autores de esta cultura fascista, como de Nietzsche, Carl Schmitt, Heidegger. Se descubre entonces, que hay una cultura muy análoga en escritores como  Borges, Vargas Llosa y otros.

Aquí también se entiende la actual estrecha vinculación del neoliberalismo con el neoconservadurismo y el fundamentalismo cristiano en los EEUU.
En América Latina esta cultura de la muerte no tiene la presencia tan clave como en los países del Primer Mundo. Prevalece más bien el optimismo decretada de la "societas perfecta". Eso se explica, porque el Tercer Mundo será la primera víctima de un estallido en esta dirección.

 

Buscando soluciones.

 

1. La humanidad enfrenta amenazas para su existencia Estas amenazas aparecen por todos lados: bomba atómica, crecimiento de la población, exclusión de una parte siempre mayor de la población del desarrollo económico, deterioro del medio ambiente, la autocontradicción del progreso. El principal medio de movilidad, el automóvil, se transforma en un obstáculo de la movilidad. (ver Ivan Illich: The detooling society). El desarrollo de la medicina produce nuevas enfermedades, frente a las cuales esta misma medicina es ineficaz: p.e. el Sida, que parece resultado de un accidente en un laboratorio de tecnología genética. El mismo mercado, al totalizarse, subvierte a los valores éticos que son supuestos de su propio funcionamiento.

 

Hoy aparece esta misma contradicción en la producción de los alimentos para  el bio-petroleo, llamado etanol. La alimentación de los seres humanos tiene que competir con el alimento para los automóviles. En la Inglaterra del siglo XVI y XVII se sustituía la producción de granos por la producción de ovejas. Esta última necesita mucho menos fuerza de trabajo por unidad de tierra y expulsó grandes partes de la población agrícola, que no tenía donde trabajar o vivir. Se contestó a la vagancia, que resultaba, por el puro terror. Robar una gallina era castigado con la pena capital. Se decía: las ovejas se devoran a los seres humanos. Lo que ahora amenaza es: los automóviles devoran a los seres humanos.

 

El desarrollo tecnológico y el crecimiento aparentemente ilimitado y maximizado por su medio se vuelca en contra de sí mismo en sus resultados. La sociedad moderna pierde su capacidad de regulación. Los costos del desarrollo técnico-económico empiezan a superar los logros a plazos siempre más cortos. Lo que se gana por un lado, se pierde por el otro. El mundo como totalidad amarra a la acción fragmentaria, que deja de progresar. Al final, los costos para mantener este desarrollo técnico-económico superan la propia posibilidad del producto producido mismo. Al ocurrir eso, el proceso se hace insostenible. El desarrollo resulta no ilimitado, sino tiene un tope.

 

Aparece la necesidad de un pluralismo nuevo, que sea pluralismo de culturas, de estilos de vivir, de formas de producción. Al llegar el crecimiento a un tope, la homogenización por el mercado ya no es tolerable. Eso aparece muchas veces bajo el título de la necesaria superación del "consumismo".

 

2. Asesinato es suicidio: no se puede salvar una parte de la humanidad sacrificando a la otra. Eso reforzaría las tendencias a la destrucción de la humanidad.

La tierra resulta siempre más redonda. Siempre el asesinato ha sido visto como una relación doble. La víctima es el asesinado, pero el asesinato transforma también al victimario: lo transforma en asesino. Lo deshumaniza. Que no haya asesinato, salva a las víctimas. Sin embargo, en un segundo paso, salva también al victimario de aquella autodestrucción implicada en su transformación en asesino.

 

Con la nueva dimensión del mundo y sus amenazas totales el asesino se suicida. La guerra atómica desatada destruye al asesino, aunque no caigan bombas atómicas sobre su territorio. Siendo redonda la tierra, la devastación del otro implica la devastación del asesino también. La basura venenosa, que se deposita hoy en el Tercer Mundo y en los mares, volverá sobre aquél que la depositó. La transformación de Europa en fortaleza y su construcción de un nuevo muro para impedir las migraciones transforma  todas las estructuras sociales internas de Europa. Cambia el carácter de su democracia, de su conciencia, sus leyes, su percepción de los derechos humanos y de la igualdad de todos los hombres. Lo mismo con EEUU. La destrucción del Tercer Mundo lleva a la transformación del Primer Mundo, que tiene que hacerse un mundo dispuesto a asesinar al resto del mundo. Al hacerlo, los países del Primer Mundo se asumen a si mismos como asesinos, devastados por adentro por su ser asesino.

 

Esta relación se hace siempre más evidente empíricamente. Los victoriosos resultan ser los derrotados. Los bárbaros resultan ser aquellos, que más se jactan de su alta cultura y de su relación positiva con los derechos humanos.

 

3. Las medidas para parar las tendencias destructivas pasan por la acción mancomunada (solidaridad) frente a la totalidad amenazada.

Hace falta una conciencia que da cuenta del hecho, de que la división social del trabajo y la naturaleza forman una totalidad, que destruye a todos, si nuestros conflictos no se integran concientemente en la necesidad de su conservación como totalidad. Los conflictos sociales no se pueden limitar, para respetar la propia sobre vivencia de ambas partes en conflicto, si no pasan por la mediación de la totalidad social-natural.

 

En caso contrario, no hay ganadores, sino solamente destrucción mutua.

 

4. La cuestión del socialismo como cuestión del cambio de las relaciones de producción.

 

El problema del socialismo es, interrumpir la cadena que vincula crecimiento económico y pleno empleo. Necesariamente hay que solucionar eso, siendo eso el problema que pone en jaque las relaciones de producción capitalistas. Por esta razón, el problema del socialismo es de cambio de relaciones de producción.

 

El sistema generalizado y totalizado de mercado vincula compulsivamente el empleo de la fuerza de trabajo con la acumulación de capital y el crecimiento técnico-económico ("El ahorro de hoy es la inversión de mañana y el puesto de trabajo de pasado mañana"). Necesita el crecimiento como motor - "locomotora" - del empleo. Al llegar el crecimiento a un tope, aparece la exclusión de grandes partes de la población. La locomotora deja de funcionar. Esta situación no es superable por una nueva aceleración del crecimiento, pero para evitar lo peor, tiene que seguir. Siguiendo empuja las tendencias destructoras.

 

Estos hechos explican, por que los intereses del capital pueden movilizar grandes movimientos populares. Cuando se quiere limitar el numero de automóviles, tiene que limitarse su producción. Pero al limitarse, se pierden puestos de trabajo de los obreros, que se ganan la vida en esta producción. El capital ahora los puede movilizar por sus propios intereses. Lo mismo ocurre con la tala de bosques. los obreros que consiguen trabajo, son fácilmente movilizables en contra de una limitación de esta tala, porque viven de ella. Cuando se prohíbe en las bananeras el uso de ciertos venenos, las bananeras se van. Los obreros son ahora movilizables para seguir envenenándolos, porque perder el trabajo y para ellos y sus familias peor que el envenenamiento o parece serlo. Redistribuir ingresos a nivel mundial, permite la movilización de grandes partes de la población y sobre todo de los más pobres en contra de tales medidas y aparecen los movimientos populares de derecha. Lo mismo ocurre con las migraciones.  Participar en el proceso de destrucción, que está en curso, es fuente de vida para muchos precisamente de las capas populares. Lo es en cuanto el sistema no cambia.

 

Para poder vivir el ser humano, tiene que parar la destrucción, porque corta el futuro. Pero para seguir viviendo en este sistema que no cambia, para vivir hay que participar en este mismo proceso de destrucción y hasta maximizarlo. La alternativa llega a ser fatal: ahorcado o fusilado.

Esta es la razón, por la cual la necesidad de un cambio de las relaciones de producción sigue estando a la orden del día, lo que es la cuestión del socialismo. Hace falta relaciones de producción - combinados - capaces para desvincular empleo y crecimiento técnico-económico.

 

Como dice Walter Benjamin:

“Se dice, que las revoluciones son la locomotora de la historia mundial. Pero posiblemente todo es diferente. Quizás las revoluciones son la activación del freno de emergencia de una humanidad, que está viajando en este tren.”

 

La catástrofe sería, seguir el camino que la humanidad está tomando.

Escribir un comentario


Security code
Refrescar

Videos Destacados

On Dualism in Christianity: Satan vs. Lucifer

video1

On Anti-Utopianism

video2

On Utopias of the Left and the Right

video3

On Liberation Theology in the 21st Century

video4