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Cuatro aclaraciones son necesarias.
Primero, a comienzos del siglo XXI el sistema global ha ingresado en el período de crecimiento cero, negativo o muy débil, ello no se debe a la rebelión popular contra el crecimiento alienante y destructor del medio ambiente sino a la decadencia de la civilización burguesa. En los años 1970 Joseph Gabel expresaba sus temores ante las consecuencias del agotamiento de los recursos naturales (era la época de los shocks petroleros y de la teoría de “los límites del crecimiento”) y en consecuencia de la instalación de sociedades de penuria, de supervivencia, fundadas en la distribución autoritaria, hiper¬elitista de los escasos bienes disponibles. Gabel señalaba que las utopías igualitarias se basan en la abundancia de bienes, en el fin de la miseria, etc., opuestas a las experiencias de las sociedades de supervivencia basadas en la distribución jerárquica del poder y los bienes (11).

Podríamos imaginar un escenario siniestro donde luego del desmoronamiento de la cultura del consumismo ante la evidencia del fin del crecimiento (por lo menos a mediano plazo) el sistema genere una suerte de reconversión ideológica apoyada en la idea de austeridad autoritaria, en la instalación de un conformismo profundamente conservador y ultra elitista apuntalado por un bombardeo mediático gigantesco e ininterrumpido y por sistemas represivos eficaces, en suma, algo así como un neofascismo estabilizador. Para realizar exitosamente esa reconversión cultural el capitalismo necesitaría disponer de una capacidad de control social universal, de asimilación de sus contradicciones y de un tiempo de desarrollo que actualmente no son visibles, todo parece indicar que su dinámica cultural, el inmenso peso de sus intereses inmediatos, las debilidades de sus sistemas de control social (incluída el arma mediática), su fragmentación, hacen muy poco probable semejante futuro. Por el contrario la reciente experiencia de los halcones norteamericanos, la esencia parasitaria de las elites dominantes mundiales sugiere escenarios turbulentos de redespliegues militaristas-imperialistas, de rebeliones sociales, etc. Queda pendiente el tema del decrecimiento de los recursos naturales disponibles y en consecuencia de las técnica productivas y del tipo de bienes producidos. Una metamorfosis social compleja es posible sobre la base de la decadencia del sistema reinstalando utopías igualitarias basadas a su vez en la abundancia (punto de partida para la superación del mercado, para la extensión de la gratuidad, etc.). Obviamente abundancia de “otro tipo”, fraternal, creativa y no consumista-pasiva, reconciliada con la comunidad y la naturaleza. De esa manera la farsa capitalista de la “abundancia general” (objetivo inalcanzable, contradictorio con la reproducción del sistema) o la pesadilla de la sociedad de supervivencia (autoritaria, represiva, elitista) se contrapone a la utopía de la sociedad igualitaria de abundancia (otros bienes, otras técnicas, otras formas de relación entre los seres humanos y de estos con su contexto ambiental).

Segundo, ese protagonismo radical de los oprimidos no tiene porque nacer durante el primer día de la crisis, es necesario un inmenso proceso de gestación atravesado por rebeliones populares y reacciones conservadoras, con avances y retrocesos, una larga marcha durante un período muy denso, turbulento (cuya duración real es impredecible) del que estamos dando los primeros pasos. Tiempo de recuperación de memorias, de aprendizajes nuevos, de construcción compleja de una nueva conciencia.

Tercero, la existencia del patrimonio democrático global antes mencionado podría ser la base histórica de la superación de las frustraciones socialistas del siglo XX donde la reproducción de la hegemonía cultural del capitalismo enlazada con muy viejas tradiciones de sometimiento bloqueaban los procesos de autoemancipación. Los reducían a movimientos de masas dirigidos por elites radicales, por dirigentes inevitablemente autoritarios, cuyas victorias derivaban en nuevos mecanismos de opresión. El despliegue de la historia salta por encima de la disputa sin solución entre comunistas estatistas y libertarios, los primeros desarrollando la posibilidad concreta de la revolución pero postergando para un futuro nebuloso la democracia de base (en consecuencia produciendo al mismo tiempo el hecho revolucionario y las condiciones de su fracaso) y los segundos ignorando la existencia de una densa trama cultural negativa penetrando hasta el fondo de la conciencia popular y entonces la necesidad de complejas transiciones, desmantelamientos de estructuras y estilos de vida, combinanciones pragmáticas, plurales entre lo viejo y lo nuevo.

Cuarto, la periferia del capitalismo, el espacio de los pueblos pobres y marginados del planeta aparece como el lugar privilegiado para la irrupción de esas fuerzas liberadoras, así lo va demostrando la realidad, desde la resistencias al Imperio en Irak y Afganistan hasta la ola popular democratizadora en América Latina que ya incluye algunos espacios más avanzados donde se postula la superación socialista del capitalismo. Aunque no deberíamos subestimar sus probables futuras prolongaciones, interacciones con fenómenos de igual signo en los países centrales corazón visible de la crisis, allí la concentración de ingresos, la desocupación, el empobrecimiento a gran escala se extiende al ritmo de la decadencia del sistema. Cuyas elites aceleran su degeneración parasitaria lo que plantea el peligro de renovadas aventuras neofascistas e imperialistas pero también la esperanza en la rebeldía de sus retaguardias populares internas. La barbarie ya está en marcha, pero también lo está la insurgencia de los oprimidos.

 

Notas
(1), “Fed says worst of recession over”, BBC News, 12 August 2009 (2), El concepto de capitalismo senil tal como es utilizado en este texto aparece en los años 1970 en un trabajo de Roger Dangeville (Roger Dangeville, “Marx-Engels. La crise”, editions 10/18, Paris 1978) y retomado por varios autores en la década actual: Jorge Beinstein, “Capitalismo Senil”, Ediciones Record, Rio de Janeiro, 2001; Samir Amin , “Au delà du capitalisme senile”, Actuel Marx -PUF, Paris 2002. (3), MIchel Husson, "Crise de la finance ou crise du capitalisme", http://hussonet.free.fr/denkntzf.pdf (4), Richard N. Haass, “The Age of Nonpolarity. What Will Follow U.S. Dominance”, Foreign Affairs , May/June 2008. (5), Esta cifra se obtiene sumando al gasto del Departamento de Defensa los gatos militares de otras áreas de la administración Publica. Chalmers Johnson, “Going bankrupt: The US's greatest threat “, Asia Times, 24 Jan 2008. (6), Scott B. MacDonald, “End of the guns and butter economy”, Asia Times, October 31, 2007. (7), Bertrand Gille, “Histoire des techniques”, La Pléiade, Paris, 1978. (8), Una visión mucho más extendida lo integraría en el mega ciclo de la civilización occidental despegando a comienzos del segundo milenio con las cruzadas y los primeros gérmenes comerciales de capitalismo en Europa, atravesando la conquista de América, hasta llegar a la revolución industrial inglesa, las guerras napoleónicas y la expansión planetaria de la modernidad (imperialista, de raíz occidental, es necesario subrayarlo). (9), Franz Jakubowsky, “Les superestructures idéologiques dans la conception matérialiste de l'histoire”, Etudes et Documentetion Internationales (EDI), París, 1976. (10), Emmanuel Kant, “Filosofia de la historia”, Fondo de Cultura Económica, México, 1992. (11), Joseph Gabel, “Idéologies II”, éditions anthropos, París, 1978.
 

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